lunes, 21 de abril de 2008

“Y EN FIN, ASÍ TODO”

[Este artículo sobre La Codorniz y el humor de los años 40-50, tema que me obsesiona, lo escribí hace unos años y lo publiqué en una revista de internet, que es casi como decir en ninguna parte. Como la revista cerró y lo he encontrado perdido en una carpeta, ¿por qué no publicarlo aquí?]

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Y en fin, así todo.


“Fue nuestra generación una verdadera
generación precursora,
pues todavía se están riendo de nosotros...”
Antonio de Lara, “Tono”.

Tono (cuyos dibujos eran también como su diminutivo, así redondos, inocentes) hablaba en esa cita tan seria sobre su Generación: la del 27. Advierto rápido: es “la otra” Generación del 27. Porque “hay una generación del 27, la de los poetas, y otra Generación del 27, la de los “renovadores” –los creadores, más bien—del humor contemporáneo.”[1]. O sea, la seria, y la que no.

Pregunta: ¿Qué entiende usted por persona seria?
Respuesta: Aquellos que no se ríen porque no han comprendido el chiste. [2]
Y como lo de “creadores del humor contemporáneo” nos dejaría fríos en una tarjeta de presentación, nos sacudiremos el polvo con un chiste de los suyos:
-Juanito, dime un animal de dos patas.
-El perro.
-El perro tiene cuatro.
-¡Pues, más a mi favor! [3]
Es moderno, es rápido; es surrealista, dadaísta, modernista, vanguardista al estilo del primer siglo XX; claro e imaginativo como la estética pop; desinhibido y loco. Respira creatividad y libertad. ¿Exagero? No pretendo haberlo demostrado, pero más de uno se convence: si ellos no crearon el humor contemporáneo, al menos “eso” se le parece mucho.

Y ahora es cuando sale el listo y me dice: tonto, antes incluso de que nombres a estos escritores a que te refieres, yo te gano diciendo que beben de las fuentes del modernismo italiano y de los grifos del dadaísmo de más allá. Y yo respondo: sí, imbécil mío, pero no seas idiota. Los de aquí eran de aquí, y a pesar de eso cogieron todo aquel incipiente estilo, lo pusieron a la sombra del genio Ramón (Gómez de la Serna, claro), lo hicieron crecer, lo exportaron, y lo alargaron en el tiempo de manera que sobreviviera a una guerra. Y evolucionara. Y permitiera a miles de personas, además, sobrevivir a una guerra. Yo gano, imbécil; está claro.

P: ¿Qué es un humorista?
R: Un humorista es un niño que pasa cantando por una
habitación oscura, para no confesarse a sí mismo que tiene miedo. [4]
Por fortuna, hubo un buen número de niños así en aquella época. No existe nómina alguna, pero un listado incluiría, como mínimo, estos nombres:
Edgar Neville (Madrid 1899-1967), Antonio de Lara “Tono” (Jaen, 1900-Madrid 1977), Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901-1952), Miguel Mihura (Madrid, 1903-1977) y José López Rubio (Motril 1903-Madrid 1996) [5].

Esta lista de los cinco más importantes tiene su guasa, porque la elaboró el propio López Rubio, quien no dudó en incluirse a sí mismo em ella. Hizo bien; aunque quizá hubiera podido completar el grupo con dibujantes como K-Hito o sobre todo Enrique Herreros; con Antoniorrobles, o con Bon. Dibujantes y escritores, así sin más, o como hoy se diría, periodistas gráficos y de pluma. Ni siquiera eran un grupo homogéneo más allá de su creatividad desatada: los había de derechas y de izquierdas, altos y bajos, gordos y delgados. Pero, ¿para qué hace falta mirar más allá de una creatividad así?

- La madre, al niño: “¿No te da vergüenza, Pepito? ¡A tu edad, tu padre ya era hijo de un ingeniero!” [6]
Ellos eran muy suyos, y se metían en todo. Como si tal cosa. Sentían la necesidad de proporcionar risas y cambiar el mundo y por eso escribían novelas y teatro (Jardiel, Mihura, Tono). Neville también hacía cine, hasta en Hollywood, y los demás fundaban revistas con artículos y dibujos modernísimos (K-Hito), ahí es nada. Y todo les salía así, tan fácil. La primera revista fue Buen Humor, y después Gutiérrez, Macaco, La Ametralladora y por último La Codorniz. La Ametralladora participó en guerra y para los tiempos de La Codorniz el grupo estaba ya tan desunido como el país, con los de derechas vivos y los de izquierdas no tanto. No obstante, los que quedaron siguieron cultivando el humor con tanto cuidado y tan bien que nadie se atreve reprocharles nada. Y además La Codorniz tuvo una larga y provechosa vida de posguerra: no sólo porque llegaron a vender cientos de miles, sino porque practicaron ese modelo de crítica social que se disfraza de niño precisamente para iluminar con risas el famoso cuarto oscuro. Todo eso así de fácil, simplemente porque no les apetecía hacer otra cosa.

TORO FRITO: Con un cuchillo de postre, procédase a pelar el toro, teniendo en cuenta, teniendo cuidado de que no empitone a la criada ni al ajo. Cuando está pelado, pélese otra vez, porque nadie sabe lo que puede pasar. Póngase la sartén con el aceite y échese el ajo. Cuando el ajo se pone negro, eche el toro, quitando previamente el ajo para que quepa el toro. Cuando el toro también se pone negro, échese a la criada, sacando antes el toro para que no haya líos, y cuando todo se pone negro, es que todo se pone negro, y ya está. [7]

Eso sí: como eran humoristas y no les daba miedo reconocerse como tales, se reían mucho y lo pasaban muy bien, mejor por supuesto que los otros escritores, que se dan más importancia. Supongo que escribían y reían por puro placer, sin más necesidad de trascendencia o sentido, y así es como les iba la cosa. Bien, gracias.

- El padre, a la madre, volviendo de la calle: “¡He hecho un buen negocio, Matilde! “He cambiado nuestros cinco hijos pequeños, que no saben leer, por este viejecito que sí sabe!”[8]
Usted, lector, me dirá ahora: ¿y qué me importa a mí todo esto, ahora mismo? Pues mire: porque si miramos el calendario, descubriremos que aún llegamos a las celebraciones del centenario de Mihura. Porque, además, a uno le entra mal cuerpo si la “cultura” se olvida de reírse y se pone tonta. Y también, amigo, porque si revisa usted las obras de los autores que cito, se va a reír bastante.
Y por acabar como ellos, añado: “y en fin, así todo”.

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[1] Frase de Pedro Laín Entralgo, que José López Rubio citó en su discurso de entrada a la Real Academia Española, en 1983.
[2] Del “Consultorio del Conde de Pepe (consúltenos todo lo que usted desea saber, que nosotros le sacaremos de dudas inmediatamente)” sección de La Codorniz, etapa 1941-44
[3] Chiste habitual en diferentes formas, en este caso por Tono, en La Codorniz, etapa 1941-44
[4] Del “Consultorio del Conde de Pepe (consúltenos todo lo que usted desea saber, que nosotros le sacaremos de dudas inmediatamente)”
[5] Lista citada por José López Rubio en su discurso de entrada a la Real Academia Española, en 1983.
[6] Tono. Chiste gráfico en La Codorniz, etapa 1944-50
[7] Tono, en La Codorniz, 1942
[8] Miguel Mihura. Chiste gráfico en La Codorniz, etapa 1944-50.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo había oído hablar de Tono, sí... recuerdo una historia corta suya que leí en un viejo libro de texto, era sobre un niño muy rico llamado "Mario Luiso", creo que el nombre lo dice todo (o eso espero, porque no me acuerdo de toda la historia); el caso es el niño era tan rico que su padre siempre se lo quería comer, a lo cual su madre decía "qué niño tan salado", tras lo cual su padre dejaba de intentarlo, ya que no le gustaban nada las cosas saladas...
Bueno, pues eso, que a mí me suena ligeramente Tono, y lo poco que he leído ligeramente de él también me hace mucha gracia ^^

El Perro Mistetas dijo...

Exacto, exacto, eso es totalmente Tono: juegos de palabras que se transforman en elementos surrealistas y que van articulando historias que acaban... allá!
Emparentado con el absurdo, pero yo diría más: inteligente! ;)

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