"Manolo fue para mí un maestro generoso, lleno de ironía y compromiso. Al final
de una conferencia en la que recorrió toda su obra literaria, un señor del
público tomó el micrófono y preguntó: “¿Le ha sido muy difícil
escribir El embrujo de Shangai?”. Manolo le escucho pacientemente y
respondió con voz seria: “Absolutamente nada, porque esa novela la
escribió Juan Marsé”. Inasequible al desaliento, el mismo asistente a
la conferencia hizo otra pregunta: “¿Y Rabo de Lagartija?”. Sin
inmutarse, Manolo respondió: “Esta tampoco me costó demasiado, porque
también la escribió Juan Marsé”. Estaba acostumbrado a escenas
parecidas y las vivía de manera estoica. No en vano una señora, durante una
firma de libros en El Corte Inglés, le había confundido con Fernando Vizcaíno
Casas (que ya es confundir). Esta imagen de Manolo es la que más me gusta, y así
lo recuerdo."
Leído en el blog de Negra y Criminal
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