Eddie Murphy era un gran monologuista!! sí!

Señoras y señores, les presento a Eddie Murphy, uno de los genios del género de los monólogos cómicos (eso que por allá llaman stand-up comedy, comedia de pie). Sí, ya sé que cuesta creerlo, pero en los primeros 80, antes incluso de cumplir 20 añitos, este neoyorquino fue el cómico más de moda en los Estados Unidos, el que revolucionó todo.

Eddie Murphy, tan jovenzuelo él, convirtió el monólogo en un género menos intelectual que lo que había sido antes, a la vez que lo hacía más negro. Racialmente negro, digo: no en vano seguía los pasos de sus maestros, Richard Pryor (que eso sí que era humor bestia, amiguitos) y Bill Cosby (más sutil). Murphy se come a sus predecesores con un estilo muy muy personal: hablar rápido, ir a mil por hora, tenerlo todo muy bien escrito y luego llenarlo todo de ruidos y gestos y saltos y golpes improvisados. Domina el ritmo. Eddie Murphy salta como si nada desde lo familiar (acabas conociendo a su familia, terminas siendo tú un negro más) a lo social. Es de esos cómicos de mensaje duro, pero que pasa desapercibido bajo una capa de ingenio muy rápido. Es, en definitiva, explosivo. Se ve en el ejemplo.

Os he puesto un trocito (absurdamente corto) que traduje de su espectáculo "Delirious" (Delirante). Ahí tiene el tío 22 años si no me equivoco. Verlo entero (está en DVD, o sea en la mula) es una experiencia, porque más que un cómico es una estrella de rock, ahí vestido de cuero saliendo de la limusina, o actuando ante miles de personas entregadas. En el ejemplo hay de todo: la historia de su familia (Lillian era su madre, por ejemplo), y estilo, mucho estilo. Brutal.

A Murphy lo ficharon en seguida para el mejor SNL (ese Akroyd!) y lo metieron en su rueda de tele y películas (Entre pillos anda el juego, por ejemplo, es genial). Después ya fue por libre, y ahora, años más tarde, cuando lo ve uno en "El profesor chiflado" haciendo chistes de pedos y vestido de abuela, es inevitable entonar el quién te ha visto y quién te ve. Pero vaya, eso como tantos otros. Y como yo, si me paro a pensarlo.